Una nueva imagen que respira la frescura de la naturaleza, elegante, delicada y llena de color, si Ágora fuera un jardín nuestras rosas serían Lágrima y Roble.

Nuestro popular Ágora Lágrima renueva con la añada 2019 su imagen, con la misma esencia de nuestro coupage de Airén y Verdejo este blanco semiseco presenta un color amarillo pálido brillante con unas suaves notas de flores blancas y en boca destaca su juventud frescura y largo final.

Con un tempranillo de la añada 2018 se ha renovado también la imagen de nuestro único Ágora Roble, un intenso color rubí con tonos violáceos, aromas de fruta madura y un perfecto ensamblaje entre fruta y paso por madera, nos encontramos con un vino ideal para acompañar buenos momentos.